Como entrenador, tú defines la técnica y táctica del juego. Y para lograr una mejora continua, necesitas que el jugador se involucre, se comprometa con tú propuesta de juego.
Una opción para esto, es imponiendo tus conocimientos del juego, entrenando al equipo sobre el automatismo y la repetición de algo que tu diseñaste y se supone la mejor alternativa. Ahora, ¿es la mejor alternativa?. ¿Puede haber otras soluciones a las dificultades que tu crees pueden presentarse en un partido?
Una de las mejores maneras de involucrar a los jugadores, en el juego, en tu idea del juego, es hacerlos partícipes. Para eso usar la pregunta, ya sea preguntando directamente o planteando juegos que presenten una dificultad que los jugadores resuelvan. Abrir el espacio de pregunta, para que el jugador proponga alternativas de resolución de problemas, no sólo abre la posibilidad de encontrar mejores respuestas a las tuyas, sino también que ellos tomen una actitud Proactiva y por ende se involucren. Preguntas como: ¿Qué pasaría si…? ¿Qué harías en esta situación…? ¿Cómo harías….? ¿Cómo sería el entrenamiento si tú?, a cada dificultad táctica que propones, la acompañas de preguntas para que el jugador proponga sus ideas. ¿Qué crees que pasaría? Para esto, como entrenador necesitas desarrollar dos habilidades: la humildad y la escucha. Y mas allá de las ideas que puedan surgir, es que el jugador sea protagonista de su propio aprendizaje, se conozca a si mismo.
Ningún entrenador tiene todas las respuestas. Pero los hay que creen que si dan espacio a los jugadores, protagonismo, sienten que pierden poder. Quieren controlar todo, llegando a actitudes autoritarias. Creo que esta forma de Entrenador, está cambiando, hay que cambiarla.
Formular preguntas abre la posibilidad a una variedad de respuesta ante una misma situación, y tendremos mas opciones de elegir el comportamiento preferente para cada situación y para cada contexto.