Desde el Coaching Ontológico, interpretamos a la Confianza como la base para el logro de todo resultado.
A mayor confianza, mayores y mejores resultados.
La confianza la observamos en tres dominios relacionales: Con otro u otras personas, con las circunstancias o conmigo.
Aquí, voy a hablarles de la confianza en la relación Entrenador – Jugador.
He escuchado a muchos entrenadores decir “no podés entrar en confianza con los jugadores”, “si generás mucha confianza en la relación, después no podes sacarlo del equipo”, o cosas más o menos parecidas.
Desde mi punto de vista, lo primero que invito a observar, a los Entrenadores que piensan así, es primero, definir qué entienden por confianza, y en segundo lugar, cómo sienten la confianza en si mismos. Si el Entrenador duda de si mismo, se siente inseguro, que le falta para cumplir bien su rol, puede que piense de esta forma.
Si yo estoy convencido que la confianza es la base para la construcción de todo resultado, y cuanto mayor sea esa confianza, mayor y mejor será el resultado, entonces no puedo pensar que no tengo que generar confianza con el jugador. Esto no quiere decir que tenga que ser amigo del jugador. ¿Cómo el entrenador puede generar confianza con el jugador? Trabajando básicamente sobre cuatro aspectos:
- La competencia. Es decir que el Entrenador tenga el conocimiento técnico – táctico suficiente. Que esté a la altura de lo que el jugador necesita. Muestra autoridad en el tema.
- La Sinceridad. El entrenador piensa, dice y hace en forma coherente. Me ha pasado como entrenador, y lo he escuchado en otros, decir “en este equipo el que no entrena toda la semana no juega”, pero cuando llegan partidos “difíciles” hacemos jugar a los mejores aunque no hayan entrenado todos los días. Ahí perdemos confianza.
- La Credibilidad. Entendida como la capacidad de cumplir promesas. El entrenador es responsable por las promesas que hace, cuyo cumplimiento depende de él. En divisiones menores, he escuchado entrenadores decirle a jugadores nuevos o no tan aptos “movete que entrás los últimos 10 minutos” y después por distintas circunstancias no lo ponen. Puede que el entrenador esté justificado en su decisión, pero no cumplió su promesa.
- El involucramiento. El entrenador, con su actitud, muestra a los jugadores si está involucrado al 100%. Da lo máximo que puede dar. Si no da el 100%, después no podría pedir que el jugador esté al 100%.
Y estos mismas 4 aspectos, son los que el entrenador va a pedirle a los jugadores. Si esto es manifestado, si estos 4 aspectos son acordados por todos los participantes como valores a respetar, podemos decir que la confianza se irá construyendo y consolidando, teniendo mas probabilidades de éxito.
Hay personas que dicen: “o confío o no confío”. Como algo que se da instantáneamente y después es así para siempre. Yo creo que esto puede suceder, pero también que la confianza se construye, y se puede recuperar en aquellos casos que la hemos perdido.
Ahora piensa en algún jugador o compañero de trabajo que sientes que no confías, y revisa, de los cuatro juicios que hablamos, en qué no confías: sinceridad, involucramiento, competencia o credibilidad.
¿Quisieras volver a confiar en esa persona? Entonces lleva la conversación a eso que juzgas está faltando.