¿Qué creo posible o no para mí como deportista?
¿Qué creo de los entrenamientos?
¿Qué creo del entrenador?
¿Qué son las creencias?
Una creencia es uno o varios juicios de valor que el deportista tiene sobre sí mismo y el mundo, que él lo vive como verdad, como una certeza.
Lo que tú crees que es posible o no para ti, para tu equipo y para tu organización o club.
Son juicios o interpretaciones que están muy arraigadas en ti, a tal punto que crees que las cosas son así. Estas creencias actúan sobre ti, y por ende tus acciones posibles dependen de estas creencias, consciente o inconscientemente.
Es decir, te das cuenta que la tienes o no te das cuenta.
Muchas veces te resulta muy difícil darte cuenta de las creencias que sostienes. Muchas las sostienes de muy pequeño.
Las creencias son nuestros principios rectores, los mapas internos que empleamos para dar sentido al mundo, nos dan estabilidad y continuidad.
Compartir creencias da una sensación de intimidad y comunidad más profunda que el trabajo compartido.
Vienen de muchas fuentes, educación, cultura, el medio en que nacemos, creación de modelos a partir de otros, traumas del pasado, experiencias repetitivas. Construimos creencias generalizando a partir de nuestras experiencias en el mundo y con los demás.
“Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, tendrás razón”.
Estas creencias puede ser que te potencien o te interfieran en aumentar tu potencial. Creencias habilitadoras o creencias limitantes.
Una creencia habilitadora es creer que tú puedes mejorar cada día, algo común en los deportistas de elite.
Una creencia limitadora es creer que no puedes cometer errores. O creer que sólo puedes jugar en un determinado puesto, o que te desconcentras fácilmente, etc.
De lo dicho, podemos decir que el primer paso es descubrir cuáles son tus creencias, sobre todo las limitantes. Estas juegan un papel fundamental en tu desempeño deportivo, como jugador, entrenador, como dirigente, como PF.
Poder “pescarlas”, identificarlas, te abre las puertas a poder trabajarlas.
Cambiar una creencia que tienes sobre ti y tus posibilidades, requiere de mucha atención y trabajo. Es parte de un entrenamiento, como el entrenamiento físico.
De forma sintética y sin muchos tecnicismos, quiero explicar como las creencias operan en ti. Como dije anteriormente, darte cuenta de tus creencias, muchas veces no resulta sencillo. Esto es debido que, en general, llevas muchos años sosteniéndola. Esto quiere decir que, en tu cerebro existe una red de neuronas que se conectan automáticamente (un hábito), y esto te lleva a hacer determinadas cosas o no hacer, dada esa creencia que tu sostienes. Con lo cual el trabajo para cambiar una creencia, es conectar una red de neuronas nuevas. Y esto requiere mucha repetición de pensamientos y acciones nuevas. Hasta que esta nueva red de neuronas comienzan a conectarse cada vez mas rápido, y la vieja red neuronal, la que sostiene la creencia que quieres modificar, se va “apagando” por falta de uso. Y este es el entrenamiento. Igual que cuando aprendes a dar un determinado golpe, o patear la pelota de una determinada manera. Tienes que repetir muchas veces ese movimiento hasta que se te hace un hábito, es decir, lo repites sin pensarlo.
Con la creencia pasa lo mismo.
Las creencias tienen el poder de facilitar, crear o de limitar nuestras posibilidades.
Su influencia es asombrosa en nuestras vidas: muchas de nuestras creencias las hemos incorporado de forma automática, inconsciente.
Están basadas en interpretaciones del pasado, de nuestro entorno familiar, de ciertas circunstancias, de nuestra experiencia de vida, etc.
Como ya comentamos, una vez que adoptamos una creencia, tendemos a considerarla como una verdad absoluta y olvidamos que es solo una perspectiva.
¿Qué creencias limitantes sobre ti mismo, estás sosteniendo?