Eliminaciones, generalizaciones y distorsiones.
El poder del lenguaje: asegurarse de que lo que tu dices es lo que quieres decir, comprender de la forma más clara posible lo que quieren decir los demás, y permitir a los demás que comprendan lo que quieren decir.
Tus palabras tienen el poder de evocar imágenes, sonidos y sentimientos en el jugador. ¿Qué significa en realidad una palabra?, la respuesta es ¿para quién? Las palabras significan lo que la gente acuerde qué significan. Damos significado a las palabras mediante asociaciones ancladas a objetos y experiencias de la vida.
Es fácil ponernos de acuerdo en el significado de la palabra perro, pero no es tan fácil con palabras como actitud, compromiso o respeto. ¿Cómo sabemos que hemos entendido a alguien? Dando significado a sus palabras. Ahora, no hay garantía que tu significado sea igual que el de tu interlocutor (jugador, colega, directivo).
Las palabras son anclas de experiencias sensoriales, pero la experiencia no es la realidad, y la palabra no es la experiencia. Los buenos comunicadores explotan los puntos fuertes y débiles del lenguaje; la habilidad de emplear el lenguaje con precisión. Es un atributo, ser capaz de emplear las palabras que tendrán significado en los mapas o los modelos mentales de los demás.
Bandler y Grinder, creadores de la PNL (Programación Neuro Linguísitca), distinguen dos estructuras del lenguaje: una estructura superficial, lo que decimos, y una estructura profunda o sea la idea completa y total de lo que se quiere decir, que no es consciente. Nuestros pensamientos completos.
Para pasar de la estructura profunda a la superficial hacemos tres cosas: eliminamos palabras, generalizamos y distorsionamos significados.
Así por ejemplo decimos o escuchamos cosas como: “No nos explica bien” se elimina ¿quién…no te explica bien?. También podemos eliminar los verbos: “Estoy intentando acordarme” ¿Cómo ….estas intentando?. O Cuando comparamos: “Es el mejor” ¿comparado con quién?. Cuando juzgamos: “El Entrenador está loco” ¿Quién lo dice? ¿Qué observas concretamente para decir esto? Por último, otra forma de eliminar son las Nominalizaciones, por ejemplo: “El compromiso y la motivación son esenciales en todo deporte”, es una hermosa frase, pero esconde información. Por ejemplo: deporte, ¿Qué deporte?, esenciales, ¿quién lo dice? ¿para quién?. ¿En que acciones se manifiesta compromiso y motivación?
Cuando generalizamos, tomamos un ejemplo como representativo de muchas posibilidades, así pasan cosas como estas: “No voy a poder…” puede ser tomado como un estado de imposibilidad, para todo lo que quiera hacer, o ”soy así, no voy a cambiar” la pregunta sería ¿Qué te lo impide? ¿Qué pasaría si….?. También ocurre cuando usamos palabras como debería o no debería. Estas palabras ocultan reglas, que sólo pueden ser desafiadas si las sacamos a la luz. “Debes ser capaz de hacer esta jugada”, dice el entrenador, partiendo de su creencia que así debe ser, pero no necesariamente es lo que le pasa al jugador, si no lo logra, le genera culpa. Otra generalización, es cuando usamos lo que se llama cuantificadores universales: todo, todos, todos son, siempre, nunca, ninguno. “Todos hicieron todo mal”, “No se salva ninguno de la crítica”. “uds son….”
Por último, hacemos distorsiones de significado. “Si el jugador no me mira cuando hablo, no está prestando atención” la pregunta sería ¿Cómo es que una cosa significa la otra?. Otra distorsión es cuando presuponemos cosas: vemos a un jugador caminar hacia fuera de la cancha y decimos “No podés tomar agua ahora” ¿Qué te hace pensar que quiere agua?. ¿Cuántas cosas presupones en el día?. Otra distorsión es la que surge de la idea de Causa- efecto: “Me volvés loco, no puedo evitarlo” Creer que alguien es responsable de tu estado emocional, es darle un poder que el otro no tiene. Tú mismo eres el responsable de tu estado, por la forma en que interpretás lo que el otro dice o hace. Una persona no tiene control directo sobre los estados emocionales de otra. Con el modelo causa y efecto se convierte en víctima o niñera de la otra persona. Víctima: ya que el otro tiene la culpa de lo que me pasa. Niñera: cuando te haces responsable de los sentimientos de otros, esto te obliga a tener un cuidado exagerado en tu decir y hacer. Termina siendo una carga. La pregunta sería ¿de que manera una cosa es causa de la otra?. Por último, lo que se llama lectura de mente, es el famoso “Yo sé en lo que estas pensando”, “Yo sé porque estas triste” ¿Quién dijo que estoy triste? ¿Cómo lo sabés?.
Asi, no sólo necesitas estar atento a tu forma de expresarte, a tu lenguaje, sino también a como escuchas a tus jugadores y como podés desafiar con preguntas lo no dicho, lo distorsionado, el lenguaje generalista. Que el jugador se haga responsable de su decir, de su hacer, de su pensar y su sentir. Que no ponga a otros, que no se esconda detrás del equipo, que no imagine cosas que no son. Contigo será igual.