“Yo soy lo que soy y en este momento no puedo ser diferente de lo que soy” escribe Fritz Pers, en su libro “Sueños y Existencia”.
En mi experiencia como Coach, un tema recurrente en las conversaciones de Coaching es la necesidad de cambio y transformación que buscan las personas.
Muchas lo buscan desde hace mucho tiempo.
Desde mi punto de vista, el error que cometen es buscar el cambio y la transformación desde resistir quienes están siendo hoy.
Resisten ese aspecto que quieren cambiar, sea físico o de comportamiento. Viven enojados, angustiados y muchas veces deprimidos. A pesar de intentarlo, no logran lo que buscan.
No existe la posibilidad de cambio y transformación si primero no me acepto. Sin aceptación de uno mismo no hay respeto por uno mismo, y desde esa actitud es difícil cambiar.
El primer paso para todo cambio intencional, es aceptarse a uno mismo. Aceptarte tal cual eres. Reconocer que esa parte que resistes, que rechazas, es tuya, eres tú también.
El cambio y la transformación empieza desde el amor a uno mismo. Desde la aceptación de quien soy. Aceptación, nada tiene que ver con resignación, cuidado.
No desde el rechazo, la negación. Cuando niego un aspecto mío, me niego a mi mismo
La famosa frase de Carl Jang, lo describe perfecto: “Lo que resistes, persiste. Lo que aceptas, te transforma”
Y me lleva indefectiblemente a “La teoría paradójica del cambio” de Arnold Bessier, que dice así: “el cambio ocurre cuando uno se convierte en lo que es, no cuando trata de convertirse en lo que no es”
El cambio no tiene lugar a través de un intento forzado por parte de la persona. Como imponerse una obligación de cambio. Desde un deber ser. “Cómo yo debo ser”. El famoso “debeísmo” expuesto por Fritz Perls.
El primer trabajo es amarse, respetarse y aceptarse a uno mismo. Y eso puede llevar trabajo, tiempo, ya que requiere cambiar la mirada sobre uno mismo. Cambiar creencias, modelos mentales, paradigmas.
Y todo lo dicho, podemos trasladarlo a un otro. Cuando quiero cambiar al otro. Estoy convencido, que el otro va a cambiar, cuando él quiera cambiar. Y no cuando Uds se lo pidan o lo que es peor, se lo exijan.